Mendoza, Argentina _ 1960
Con cuatro años creó su primer instrumento. Hoy, unos cuantos años después, crea sueños.
Como si de un taller de emoción se tratara, Julio Mazziotti abre su caja mágica cual carpintero abre su caja de herramientas. Si Gepetto creó a su Pinocho, Mazziotti crea nuestros sueños.
De 88 teclas, blancas y negras, pueden surgir historias, emociones e incluso colores. A veces un piano se convierte en algo más. Sin embargo, esto no siempre pasa. Muchas veces no deja de ser solo un instrumento, pero otras muchas cobra vida. Y justo con Julio Mazziotti pasa eso: que de algo inerte, nace la vida.
La música es vida, aporta grandes emociones pero para que éstas lleguen, es necesario un canal de transmisión y alguien capaz de hablar ese “idioma” y de hacerlo entender a quien no lo habla. Porque no todos entienden de música pero sí todos entienden de emoción. Mazziotti nos habla con un abecedario que se escribe en pentagramas. Aunque luego él sorprenda saliendo a escena sin partituras y haciendo que el público se olvide de leer un programa musical escrito previamente… Porque si algo le gusta a Mazziotti es hacer de cada concierto un encuentro entre amigos, donde lo programado no cuenta, sino donde la improvisación y el desarrollo de la velada traspasa la cuarta pared en un ir y venir entre las tablas y el patio de butacas…
En ProyectandoARTE no os contaremos el curriculum de Julio Mazziotti, porque ¿para qué?
Como resumen os diremos que sus estudios comenzaron a edad temprana, con la curiosidad de quien buscaba crear sonidos en vez de jugar al balón. De niño ya sorprendió a su familia y hoy, sorprende al mundo.
Su música envuelve al espectador en una magia absolutamente dulce, como quien concilia un sueño profundo y tranquilo donde la sensibilidad lo envuelve todo.
Una música llena de emoción y sentimientos, pero también de historias de caballeros, amor y hadas…
De reconocido prestigio internacional, acumula éxitos en Italia, España, EE.UU. y Argentina, su país natal. En primer lugar es admirado por su talento, en segundo, y no por ello menos importante, por su personalidad. De carácter afable, es fácil entablar conversación con él. Además, no es de los artistas que salen del escenario y se marchan, sino de los que se bajan para tratar de tú a tú a su público. Y, obviamente, esto gusta a quienes asisten a sus conciertos, porque llegan conociendo a un artista y se marchan teniendo un nuevo amigo.
Su último trabajo discográfico se presentó rodeado de magia (no podía ser de otra forma). El 7 del 7 del 2017, su querido Teatro Independencia, de su ciudad natal Mendoza, se ponía en pie ante sus nuevas composiciones. “Séptimo”, el nombre de su nuevo trabajo. Siete, sus temas. Un número lleno de simbolismo, de misterio. Sin embargo, falló el piano… tenía 88 teclas …
Un nuevo trabajo discográfico que ya se cuece en el horno. Pero para llegar al “Séptimo” seis nacieron antes.
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Y si con “Séptimo” esperamos descubrir los misterios que le llevaron a crear sus nuevos temas, con su anterior disco, “Música Para Cambiar El Mundo”, Mazziotti pretende (y consigue) demostrar que la música es un medio excepcional para hacernos cambiar actitudes y con ellas, el mundo. En ProyectandoARTE, donde consideramos que #LaMúsicaEsCultura y #LaCulturaEsPaz, es este disco un tesoro que acunamos como a un bebé que debiera crecer para convertirse en un gran hombre capaz de hacer del mundo un lugar mejor.
Y así, con la “Música Para Cambiar El Mundo” nos metimos de lleno en un concierto único. Probablemente el que más amor nos ha hecho experimentar. Tanto amor que no cabe expresarlo en palabras.


De la mano de Acceptus Eventos-Producciones-Diseño, con su fuerte compromiso social, y la solidaridad llena de arte de Julio Mazziotti, el pasado 5 de Octubre la Sala Unicaja de Conciertos María Cristina acogía un concierto único y también el debut de Mazziotti en Málaga, ciudad a la que ha entrado por la puerta grande.
Ser parte y arte es, realmente, emocionante. Como lo es la música de Julio Mazziotti.